sábado, 27 de abril de 2013

Retrato de grupo con Böll...

A poco más me pego un tiro a las tres páginas. Anda uno hasta las narices, escapando del ambiente monográfico que a todos parece absorber, de esto que reconozco que vivo dentro de un cubo con interferencias en el que no se ve la tele ni llega la prensa ni hay tertulias tdt ni nada de toda esa mugre, y me viene el amigo Heinrich con que a la señora protagonista de su novelón anticuado/moderno lo que le sucede es que la van a desahuciar… hombre no me jodas, Böll… que ya está bien, que para eso me leo un periódico…

El amigo HBöll tenía ese punto que en alguna ocasión, cuando se materializa sobre el papel, da un gusto que no veas… como cuando uno se ve lleno de razón, y lo de menos es que la tenga ojo, y además de verse lleno de razón se le viene el martillo taquigráfico a la cabeza y medio poseído por un agente externo y pulsante suelta un discurso todo de carrerilla y todo improvisado y todo va encajando y ya puestos entra en trance, algo como si fuera un increíble solo musical, un punteo todito hilvanado, pero con palabras, como un torrente, o un derrumbe o una hecatombe…

El Retrato de grupo con señora, aunque era una modernidad cuando Böll lo parió en el año 71, te lo lees y te suena algo anticuado, y tiene un tono como que habrá gustado y rachado en su momento, seguro que mucho, pero que ya no, y entonces no es que le demos un seis sino que a la vez se merece un nueve y un tres, cosas de los gustos de tipos estúpidos…

El tres es del tono y del plan en que se pone Herr Heinrich, que de aquella ya debía ir por la vida algo a lo vaca sagrada, y eso a veces repele, se ve que se olía el premio sueco… el nueve es de todo lo demás… Heinrich estaba muy obsesionado, y de manera muy productiva, con la segunda cosa esa, digo con la 2ªGM… Y en esto de la compulsión y el desmenuzamiento artístico del tema que lo obsesiona, Herr Böll alcanza en su Retrato de grupo con señora cotas deliciosas e impactantes hasta ahora vistas básicamente en la guía telefónica o en proyectiles del tipo Pynchon y DFW… una maravilla, un derrame de politonos y fusas, una orgía sobre un manchón de tinta…

Hay asuntos como la RRT, renuncia al rendimiento en el trabajo, que lo dejan a uno sin saber ni la hora que es… hay varios sujetos empecinados en la lectura de Kafka Kleist Trakl Hölderlin Brecht ya veis la línea del tema… luego, pasada la guerra 2ª cosa esa, hay quien empieza a hablar de cierto irlandés que también sabría escribir… el desahucio lo paso por alto… empeñados, también, en la lectura de La colonia penitenciaria… las bombas caen a borbotones a partir del cuarenta y poco, cuerpo a tierra, se acaban escondiendo en unas catacumbas, se aman y se odian y algunos envilecen el gesto mientras otros alcanzan la santidad… a quien nos retrata el autor no es a la señora sino al grupo que la rodea y que supuestamente está para retratarla a ella, vemos, pues, que es un virguero renano Herr Heinrich, vale… detallado asunto, minucioso, sistemático, guía de teléfonos, orden alfabético, posguerra, milagro económico teutón…

El tren llegó puntual, Dónde estabas, Adán?, Confesiones de un payaso, Billar a las nueve y media, Relatos… impresionantes y, a veces, brutales variaciones sobre una misma cuestión… luego viene Sebald y nos espeta que la verdad máxima está en El ángel callaba… a mí me lo regalaron el libro este, ebrio de agradecimiento e ilusión me puse con él… caramba con Sebald, será que exagera un poco?... no sé, a mí me lo pareció… Böll también tiene otro tipo de comedura-de-tarro que nos cuenta en otros de sus libros… De El honor perdido de Katharina Blum se hizo una peli de cuidado… El comentario del Herr sobre la prensa sensacionalista que aparece al final del libro, y que reproducen en la peli, es memorable…




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