martes, 3 de julio de 2012

En qué piensa Haruki cuando corre...

Tengo tres buenos amigos que, cada uno en su línea, se dedican a eso de correr… Con cualquiera de ellos he pasado inmejorables horas hablando del asunto éste del correr al que Murakami le dedica un libro, algo así como un diario del escritor japonés… A poco que nos dejemos ir, lo de patear a diario da para mucho que comentar, y es que en dicho trote se dan cita, aparte esfuerzos, sudores y estiramientos, pues manías de todo tipo, tendencias cronometradoras, alimentos optimizadores del rendimiento, potingues mágicos, compañerismo, tipos de pisada, obsesiones por el colesterol o el bisniki, euforias, decepciones, lesiones  y un largo etcétera de cuestiones de acuciante perentoriedad para quien se halla inmerso en el asunto… esto que dicen que el correr, engancha… pues eso.

Y entonces, acostumbrado a que el correr dé para mucho, resulta que va uno todo ilusionado y se coge el libro del afamado escritor de turno, individuo del que hasta éste no había leído ningún libro… Haruki se cansa más si corre cien kilómetros que si corre diez. También se abriga si hace frio y se quita la camiseta si hace mucho calor. Prefiere una marca de zapatillas a la otra. Adelgaza cuando entrena a diario y, a veces, le da pereza salir a patear cuando llueve, no le gusta hacerlo por una carretera llena de coches y prefiere un parque o un sendero por la costa, bebe cuando tiene sed, o, incluso sin tenerla, lo hace para hidratarse, a ver, que en el fondo de una prospección psicológica sin fondo Haruki nos desvela que corre con las piernas, dos en total… Resultado de todo ello es que Haruki no nos cuenta en su libro nada que no nos pudiera contar un chaval de parvulitos no muy locuaz después de su primera clase de gimnasia… Haruki ni tiene gracia, ni es enjundioso, ni agudo, ni sutil, ni raro, ni nada de nada salvo un tipo ramplón y tedioso cuando escribe sobre correr… es que tiene que haberlo hecho obligado por el editor, lo de escribir el libro digo, rosmando, sin ganas ni una idea clara de qué carajo hacer, cosa que tampoco lo disculpa, que hay libros a montones que, escritos en esa tesitura por sus autores, son la gloria pura… Haruki, Haruki, por favor.

Con lo de los diarios hemos batallado varias veces, que cuando están bien, son una pasada, y cuando no, pues son un coñazo… bajeza de análisis ésta que bien podría parecer una sesuda reflexión de Murakami… Para salir de dudas sobre el autor, voy a enterarme de cuál de sus novelas pasa por ser su “tour de force”, chorrada políglota que dejo caer así como quien no quiere la cosa pero básicamente porque en castellano se me hace prácticamente imposible decir que Haruki pueda haber escrito una obra rotunda, no digamos genial o maestra, que a lo mejor sí, que ya veremos, que para eso me pienso leer una novela del personaje, pero es que lo dudo muy seriamente, y ya veis que empiezo con cierto prejuicio, pero es que de eso nada, leeros el libro que le dedica a lo de correr y hablamos…

Y vuelvo a las conversaciones con mis compañeiros atletas aficionados pero que no veáis como corren los tipos, alucinante, qué desparpajo… les voy a preguntar por ciertas cuestiones que el ramplón de Haruki trata en su soporífero diario de corredor para oír sus respuestas… hasta ahora sabemos, os lo digo yo, que la pregunta que se hace Haruki: de qué hablo cuando hablo de correr tiene una decepcionante respuesta, y es que Haruki no habla de nada… veremos de qué hablan ellos cuando hablan de correr… como mínimo, de muchas cosas

Por cierto, también pienso probar con el libro de Echenoz, que algo me han comentado de él…



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