miércoles, 4 de mayo de 2011

0.14: Jay, jay, jayyyy

Como volver al instituto. El otro día me mandaron un enlace retro. Suelen ser un coñazo, suelo pasar de estos envíos, si son chistes es que ni los abro, si es otra cosa, según… De uno de aquellos terroríficos personajes con los que, a los quince años, a uno se le ponían los ojos como chiribitas. Asunto contraproducente, a veces uno se estampa ante el bochorno, cómo me podía gustar semejante… Otras, todo lo contrario, pasados veinticinco años aún nos gusta, o nos emociona, o nos hace gracia, o ponemos el volumen a tope, o lo que sea…

En la entrada del 7 de Abril (mil octavas), en el video de “Upon the My oh My”, nos enseñaba Don Van Vliet la diferencia entre Jai, jai, jai y Jou, jou, jou. Bueno. Van Vliet se tragó en el instituto mil pianos, que se le quedaron, en su mayor parte, atrancados en la garganta. Y así pronuncia.

Pues tampoco es lo mismo decir C´mon Hey, hey, hey, que decir C´mon Jay, jay, jayyyy. Rob Halford en el instituto se tragó, entre otras lindezas, algunas lagartijas, varios silbatos y quién sabe cuántos acoples y estridencias. Y así pronuncia.

Vayamos al video. 0.03, Sebastian Bach, válgame dios qué nombre artístico, nos dice: C´mon Hey, hey, hey… mientras una intro guitarrerra se va desmelenando. Posteriormente, exactamente a 0.14, Rob Halford, sin las tachuelas y cueros de antaño, sin la Harley Davidson, sin más aderezzo, con más años, con unas qué pintas, qué es esto, cambien de canal, dice, en contestación a la entrada de Johann: C´mon Jay, jay, jayyyy… mientras un tremendo riff de guitarras se empieza a desgañitar, mientras la melena del Johann le hace los coros, mientras el Johann, fuera de micro, le vitorea el berrinche y se le acerca a saltitos, abiertas las piernas… Esto, todo esto, acaba a 0.24. Vuelta a empezar. A partir de 0.03 el volumen de mis altavoces ya estaba a tope, y así siguió las todísimas veces que repetí el incidente… Después de 0.24 baja la intensidad gutural, pero no la del riff, que sigue incólume, ni la electricidad, que chispea, y a tope el volumen, y rampante la melena del Johann...

Pero venga ya la versión de Delivering the goods a lo Jay, jay, jayyyy:

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