miércoles, 8 de abril de 2009

D. F. Wallace is back




Alguien en Mondadori/Debols!llo se ha colgado una medallita. Y me parece muy bien. El estruendo del nuevo milenio, DFWallace, proyectil sideral sin igual, está de vuelta. Resultaba incomprensible que parte de sus libros estuvieran ya descatalogados. Santo remedio, Wallace se suicida y ya lo tenemos en las librerías, reeditado como dios manda.

“Hablemos de langostas” ya pasó por caja. Verdaderamente espectacular…


Estos días estoy con “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer”. Y va por el mismo camino que el anterior.

Ambos son recopilaciones de “pseudo-ensayos” en los que el dominio del lenguaje, las ideas, y mil cosas más de nuestro Wallace son realmente antológicos. Este individuo se queda solo. Es un escándalo. Ahora que está de moda la vergüenza torera, es pa dejar de escribir… ya no digamos todos esos “sesudos” e “irónicos” y “punzantes” e “irreverentes” escritorzuelos cuya simpleza y pelotilleo resultan chabacanos, simples niñitos de teta, al lado de este Coloso. Qué pérdida la suya.

A pesar de estar delante de un “rara avis” descomunal, el editor, supongo que a la caza de un máximo de lectores, en las citas que adornan la edición nos habla de “una de las radiografías más irreverentes e hilarantes de la cultura americana de fin del milenio”. Os aseguro de DFWallace no se merece semejante chorrada estereotipada. Mierda de frase hecha con la que confunden a nuestro proyectil sideral con cientos de escritores advenedizos, critiquillos de pacotilla, siempre orientados al sol que más calienta, broza literaria al por mayor. Y también confunden a los lectores de dicha broza escritoril, lectores de los que, os aseguro, ninguno de ellos disfrutará de DFWallace. Si levantase la cabeza, DFWallace le daría un abrazo metafórico al insigne Dionisio Ridruejo (amén), quien convencido de que Franco ordenaría su fusilamiento tuvo las narices de espetarle: morir sí, pero por dios, no confundido con lo que se detesta (en alusión a los condenados a muerte del bando contrario con los que compartiría paredón). La mierda de frase hecha de arriba confunde a DFWallace con lo que él detestaba, osease: toda esa caterva de escritores-massmedia-politicamentecorrectillos-simpleshastalachochez que escriben “radiografías irreverentes e hilarantes de la cultura americana”. Basta con leer cualquiera de sus libros para saberlo. Es que no los podía ver delante.

La mierda de frase hecha resulta tan poco adecuada para describir lo que pretende describir que me toca las naringes. Removámosla para ver qué tipo de bazofia de masas se esconde en tamaña chorrada: “una de las radiografías más irreverentes e hilarantes de la cultura americana de fin del milenio”. Los principales elementos ambiguos/falsos/malintencionados de la chorrada están en negrita. El editor dirige su petardo básicamente a un grupo de lectores, viscerales, simples y chochos, que se comprarían el libro al leer la citada chorrada, pero que de ninguna manera se lo comprarían si en vez de poner “americana” pusiera “española” o “gallega”, por ejemplo. Estamos ante esos abundantes personajes, tarados de dirección única (one way stupid people) que confunden la “política” americana con la “cultura” americana, y, más en concreto, confunden todo lo anterior con el impresentable Mr. Matojo/Arbusto. Educados en un apestoso mundo de bandos han optado por odiar a Iñaki, digo, al Yanky, cultura incluida, sin pararse a pensar que desde niños escuchan rock & roll, pop y jazz, ven cine, beben coca cola, visten vaqueros, les gustan las mujeres neumáticas, están online, adoran el ecologismo y cierta refrescante libertad personal, el consumo y la nba etc., etc., …aman a los Simpson y a Errol Morris, el cine independiente y a Woody Allen, el movimiento hippy y el pacifista, el “make love and not war” y el verano del amor, el consumo de drogas y las guitarras eléctricas distorsionadas, el porno y el National Geographic, se les ponen los pelos como escarpias rememorando su infancia viendo a Starsky & Hutch y SWAT, a Darth Vader y Han Solo, la Casa de la Pradera y Bonanza, los cómics de la Marvel y el pop art de Warhol… en resumidas cuentas, son un puto miembro más de la cultura AMERICANA, eso que creen/dicen odiar por puro esteticismo-fashion para borregos. Pues bien, este grupo de compradores cuando lleven dos páginas leídas de DFWallace, simple y llanamente optarán por cerrar el libro. Por dos motivos: a) no entienden prácticamente nada y b) por lo poco que entienden serán capaces de deducir que DFW se está metiendo con ellos. Y llevarán razón. Se hace inevitable a estas alturas traer al ínclito Enzensberger y sus nítidas proclamas burguesas de las que ya os hablé en otra ocasión…. Lo mismo nos pasa con la cultura americana, de la que formamos parte hasta los carrillos y de la que tantos y tantos reniegan mientras cuelgan en sus paredes posters de Marilyn y Bob Dylan…

Cambiemos de tercio y centrémonos en el “irreverentes e hilarantes” del editor. Por supuesto, este comentario tiene mucho menos alcance que el anterior. Pero sigue siendo totalmente inadecuado para describir el “producto”, que no para enganchar a desorientados lectores de una sola dirección. Quién pretenda encontrar en DFWallace la hilaridad e irreverencia como hilo conductor estará en el mismo caso que el anterior: el libro no le va a gustar. Cierto que se pueden encontrar ambas cosas (o eso creo) en sus libros, pero de la misma manera que podemos encontrar una tortilla de patatas en un plato de Ferrán Adriá, ¿?. Quien pretenda ir a estos restaurantes a comerse una tortilla de patatas como las que hacían nuestras madres o abuelas, se va a llevar un susto macanudo. El mismo susto que se llevará quien pretenda encontrar en DFWallace el trillado y facilón rollo club de la comedia o Michael Moore. Os imagináis un restaurante de estos de ahora, que se parecen más a laboratorios que a cocinas, elitistas y con precios prohibitivos, anunciado como: “Una vuelta a los platos y guisos de la abuela. Raciones abundantes, Precios económicos.” Qué fiasco. Y una casa de comidas de pueblo: a ver, ¿qué che poño?, temos caldo, jiso e lamprea… non pasedes fame, oh! botádelle máis, anunciado como “platos minimalistas – zen”. Pues el paralelismo de estos pobres ejemplos con la chorrada del editor es total. Pero claro, anunciar a DFWallace como lo que realmente es: “un prodigio de la cultura americana” resultaría totalmente inapropiado en términos de mercadotecnia por estos lares.

Sería interesante saber dentro de unos meses cuántos de los compradores de un libro de DFWallace que se hayan sentido atraídos por la cuña publicitaria del editor dejaron el libro a medias. Y cuántos de esos mismos compradores (ansiosos de irreverencia e hilaridad anti cultura americana) adquirirán un segundo libro de él… muy pocos o ninguno.

Ya os anuncio que, ante lo bochornoso que resulta eso de criticar en otros lo mismo que se manifiesta en nosotros aún en mayor medida, me preparo para dedicarle una entrada a nuestra cultura (qué pedante osadía), que, a pesar de que es una camaleónica imitación del modelo imperante americano, básicamente solo es capaz de imitar lo que de vulgar, simplista y masificado caracteriza a dicho modelo, perdiéndose por el contrario lo mejor del mismo. En resumidas cuentas, lo peor del modelo americano se da aquí en mayores proporciones, tanto cualitativas como cuantitativas, que al otro lado del charco. Sin embargo, lo mejor de allá, aquí brilla por su ausencia… oxígeno, por favor.

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